Visite varios de ellos. Hasta encontrar el adecuado.
En el otro lado del jardín, a la salida de casa tiene su puesto un señor que se dedica a arreglar bicicletas. No entiendo mucho lo que dice, habla shanghainés y siempre suele tener la boca ocupada con un cigarro, con lo cual nuestra relación se resume en señas.
Le conocí cuando lleve a reparar una Forever (bicicleta clásica china). Finalmente él se quedó con la bicicleta para revenderla, de eso hace un par de meses y la bicicleta continua allí, candada a una verja junto al puesto, sin arreglar por lo que parece y es que el tiempo en la gran ciudad no corre igual para todos.
Vivo en una casa baja, con acceso desde la calle y en medio de una ciudad que sobrepasa la veintena de millones de habitantes, se puede salir por la noche a tomar el fresco, dejar la puerta abierta y disfrutar de la conversación de las vecinas cuando hacen corrillo a media tarde.
Hoy le he visitado de nuevo con la bicicleta nueva, limpiar la cadena, tensarla y aceitarla, revisar el freno trasero y colocar un alambre para fijar el timbre, en total 5 RMB.
Pero lo bonito del lugar es la parsimonia de sus movimientos, es más importante la conversación con los vecinos que pasan por delante del puesto que atender al cliente. Rebuscar la herramienta adecuada en el cajón para acabar con el martillo y centrar la rueda o sacar el cubrecadenas. La aceitera que no se sabe de que color es.
Debe rondar los 70 años. Me gustaría que me contara como era en el pasado cuando había mas bicicletas que coches rodando por las calles.
En el jardín, en una esquina del parque a menos de doscientos metros de mi casa se encuentra el lugar donde se reunió por primera vez y se fundó el partido comunista chino. Hay es na!!