Rodar habitualmente por las calles planas de Pekín tiene muchas ventajas y algún pequeño inconveniente. Te haces comodón.

Las calles de Madrid no son tan benignas para el pedaleo. Constantes subidas y bajadas hacen de montar en una bicicleta de piñón fijo un ejerció más de voluntad que físico.

En este viaje me ha acompañado La Naranja que es el nombre que designo a mi antigua Fix.

Tan sólo he cambiado el manillar por uno de carreras y el sillín.

He conocido a gente interesante, A Juan Y Pilar de Pedalibre que luchan por que se reconozca el uso urbano de la bicicleta y Jorge, Bicibirloque para los amigos que tras dos años de Panamericana vive en Madrid haciendo de guía en bicicleta para grupos de turistas de ha habla francesa.

Con ellos he charlado sobre los problemas del uso de la bicicleta en Madrid, también de sus ventajas obviamente, de como promocionar su uso,

y sobretodo estoy disfrutando Madrid como no lo hacia cuando vivía aquí. Una gran ciudad para perderse o simplemente abrir los ojos a los lugares por donde antes pasaba y sólo me miraba la punta de los zapatos.

En estos años han proliferado las tiendas de libros de ocasión, donde hacerse con ejemplares por menos de un euro. Ayer encontré un cómic sobre la vida de Mao e historia de China en castellano, se titula Mao en su tinta.