Finanziar un viaje

¨Entonces tu eres un parásito¨ dijo la periodista a lo largo de la conversación. Entendido como alguien que se aprovecha de las infraestructuras que otros sustentan con el pago de impuestos.

Es una forma de verlo, si. Para mi modo de entender la vida, ¨viajar sin dinero¨ es la opción más recomendable de conocer la generosidad del ser humano.

Dar para recibir. Una sonrisa, contar una historia, ayudar con las tareas domésticas, ayudar a reparar algún desperfecto en la casa, la granja, descargar un camión, ayudar a recoger leña, ayudar a realizar la tarea profesional de quien aloja, apilar sacos de alimento de animales y tantas y tantas otras cosas que aparecen en el camino. Aprovechar las oportunidades de colaborar para recibir a cambio un plato de comida y alojamiento por un día.

La vida en el campo es indudablemente barata. Viajando en bicicleta mucho más si cabe. Poco a poco los hobbies que cuestan dinero se olvidan. Se hacen innecesarios esos continuos gastos que se deben solo a las grandes ciudades. Al viajar se hace ruta y la ruta por extraño que parezca siempre muestra su lado más amable en los lugares desconocidos, donde el progreso se mantiene alejado, donde no cobran entrada o un tiempo limitado para disfrutarlo.

No entender el trabajo como una carga social o una herramienta para sustentar todos los gastos, necesarios e innecesarios que conlleva la vida en las grandes ciudades. Entenderlo como una manera de cubrir las necesidades y reducir por supuesto estas necesidades.

De esta manera se pueden realizar viajes en bicicleta de larga duración. Por supuesto que existen gastos, llamemosles obligatorios como pago de visados o repuestos de material. Estos gastos se pueden solventar por la venta de manualidades y fotografías en el mejor de los casos. Estas fotografías o manualidades no han de ser de un exquisito acabado. Un trabajo de galería. Quien compra la fotografía no compra una obra de arte sino que con un pequeño desembolso ayuda a otra personar a continuar con su sueño de viajar. O no venderla directamente, sino intercambiar una fotografía por un plato de comida o una noche de alojamiento.

Cicloturistas, o viajeros en bicicleta como les gusta ser denominados a aquellos que tienen la suerte de realizar grandes travesías o viajeros de larga distancia, son diferentes nombres para referirnos a aquellos grupos de personas que en un momento determinado se lanzaron a la carretera. Una opción de vida muy respetable y sin duda alguna una vuelta a los principios del ser humano. Un ser nómada, que se alimenta de lo que encuentra y no tiene gastos fijos.

Aprovechar los recursos personales. Aquellas capacidades que tiene cualquier ser humano e intercambiarlas a lo largo del viaje. Las clases de idiomas en estos casos son muy recurridas. Inglés o español contactando con colegios u organizaciones.

Para los repuestos, los gastos se reducen proporcionalmente en la medida de que no se posee dinero. Todos y cada uno de los objetos necesarios para un viaje se pueden obtener siguiendo otros caminos. Los caminos de la imaginación. El cerebro pose una multitud de soluciones ante problemas cuando se carece de dinero. Goretex o abrigo tibetano es la respuesta.

¨Yo no tengo tiempo¨ y ¨Yo no tengo dinero¨no son excusas. Son barreras autoimpuestas que han de ser derribadas.

Internet aporta multitud de soluciones, intercambio de alojamiento, ONGS, trabajo y recursos, en definitiva, que están esperando ser usados.

¨ Y como máxima, siempre recordar que las mejores cosas que ofrece la vida son gratis¨

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