Cuenta la leyenda que a San Agustín le llegó la llamada divina cuando estaba yaciendo con una mujer y contestó: ¨Señor, haz que me convierta pero un poco más tarde¨.
La respuesta de los líderes políticos se asemeja a la del santo. Parecen decirnos, si, haremos algo pero cuando dejemos de disfrutar. Incapaces de frenar un desarrollo desmedido y por ende insostenible.
El ciudadano medio debe activarse en estos términos, no dejar que sean los grandes corporaciones quienes guíen los pasos a seguir. Son las pequeñas acciones cotidianas las que ayudan en gran medida a ese proceso desindustralizador.
¨Si queremos cambiar el clima, cambiemos el sistema¨. Para ello el ciudadano medio europeo debería reducir por diez su consumo energético y actividad económica.
Existen estudios apocalípticos sobre la limitación de los recursos naturales, deforestación, limitación de las reservas acuíferas. Estudios que no son escuchados por los dirigentes políticos quienes a su vez dicen que la solución al problema actual, económico, cultural y social es el continuo crecimiento.
El receptor de esas proclamas debe ser el ciudadano corriente. Consumidor en última instancia de todas y cada una de las diferentes variantes que se le ofrecen desde el Estado, en forma de holdings energéticos, bancarios, automovilísticos, alimenticios y de ocio para incrementar su medio de vida, para incrementar su ¨Estado del bienestar¨.
Escuchar al Club de Roma que desde 1972 lanza sus proclamas en busca de un cambio de aptitud del ciudadano ante el modo opresor del político capitalista. Frenar el consumo para frenar su avaricia.
En cierto modo no seguir el movimiento ¨sanagustiniano¨.
Como sabeís yo soy profesor de golf en Pekín, una ciudad de mas de 20 millones de habitantes, capital del país que en la actualidad es la ¨cocina del mundo¨. Sus dirigentes se han referido al problema que supone la saturación de las ciudades y con medidas mas populistas que eficaces intentan frenar ese deterioro paulatino que sufre su ecosistema.
En conjunto los 20 países mas desarrollados del planeta consumen el 84% total de la energía. Si Europa no consume China no produce. Cambiar el sistema para cambiar el clima esta en nuestras manos. En las manos del ultimo eslabón de la cadena. El receptor de la propaganda.
El primer y más importante paso es dar a conocer el movimiento decrecentista de una manera clara, eficaz y constructiva por medio de la educación a nuestros pequeños para crear una base de concienciación social ante un problema no tan ya del futuro, sino del presente.