Hoy he vuelto a casa después de tres días en Hefei, provincia de Anhui, situada a unos 500 kilómetros al noroeste de Shanghai.
He vuelto como fui, en tren, en el tren de alta velocidad, aunque las innumerables paradas hagan que el desembolso de la infraestructura no sea más que la foto de políticos en manos de amigos corruptos. A eso equivale la alta velocidad ferroviaria, a eso y al desdoblamiento de vías y apeaderos. También al subdesarrollo de los pueblos que se ven en la tesitura de recoger los recorridos ferroviarios. Pequeños pueblos que se ven cortados por la mitad disminuyendo más si cabe su poca productividad agropecuaria.
Por mi pueblo en Guadalajara pasa el AVE camino a Barcelona, donde antes había animales y madrigueras ya no queda nada, acordonados esperan a ser abatidos. En mi pueblo cada poco tiempo se escucha el temblor de la tierra debido al paso del convoy. Lo que va dentro del convoy ya lo vimos en una ocasión en esta web. Lo repaso. Si el tráfico aéreo Madrid Barcelona ha descendido un 40% y el tráfico rodado (carretera) solo un 3%, quiere decir que quien viajaba antes en avión lo hace ahora en tren. Son las grandes compañías quienes se benefician de estas megaestructuras, ya que sus infelices empleados pueden trabajar y hablar por teléfono mientras viajan, cosa que en avión no les es posible.
Yo he ido en tren a Hefei. En China el tren desarrollo va mas rápido que el desarrollo intelectual. He ido por motivo de trabajo y aquí es donde es donde se junta todo, todo unido, todos mis temores, odios, luchas y desavenencias para con el sistema.
Acepte el trabajo, de eso soy culpable, de vender mi libertad, de poner precio a mi lucha y tirar por tierra todo lo que desde esta web se quiere ganar. Esta vez el sistema me ha derrotado.
A través de un conocido del mundo de la bicicleta, un malayo, me llego la oferta de hacer de guiri en un evento BMW, tres fines de semana, uno en Hefei, uno en Hangzhou y uno en Ningbo para a cambio pagar seis meses de alquiler. Acepte. Sabia donde iba. Acepte.
Tengo que hacer como que soy peletero. Para ello me hicieron un cursillo acelerado de dos horas en Shanghai, me enseñaron a enhebrar la aguja y a nada más. Mi trabajo consiste en estra de pie durante unos minutos con la aguja en una mano y no hablar para nada chino. Ni una palabra que para eso soy extranjero y sobretodo por eso me pagan.
El trabajo consiste en estar en el stand de BMW durante la presentación del nuevo modelo de coche en China. Y aquí surge el problema. Estoy haciendo de peletero cuando la veganía lucha contra el abuso material de los animales, estoy rodeado de nuevos ricos, asisto al desperdicio de recursos y tengo por jefa a una maleducada que hace caso omiso a quien en su mundo ideal esta bajo su jerarquía.
Eso es algo que no puedo entender. Si alguien pertenece a un grupo, ese grupo son los que trabajamos para vivir, porque ser maleducado y grosero en el trato con otros mismos integrantes? de ese substrato social que no ha tenido la misma surte o la desgracia de no obtener un trabajo con las manos limpias.
Ya me ha pasado en alguna otra ocasión, por ejemplo viajando con un grupo de chinos en Barcelona, el director de la oficina de turismo de España me echo en cara que dedicase mucho tiempo a hablar con el personal de servicio. Fue tras esperar la salida del grupo de un campo de golf, yo hable y ayude al chofer del autobús a cargar las bolsas de palos.
En Hefei, mi trabajo dura en total algo menos de media hora, repartido en tres tramos, a las nueve de la mañana, a las dos y a las siete de la tarde. para hacer que coso durante ese tiempo he de estar casi doce horas en el stand. Hacen una presentación, pasan vídeos, y me cubren durante ella con una cortina, cuando llega el turno de hablar de la fabulosa tapicería del nuevo coche me destapan y ahí estoy yo, como la chica del pastel pero vestido y cosiendo. Es surrealista.
Mi jefa trata con desprecio a la mujer de la limpieza. Los nuevos ricos de provincia me rodean para hacerme fotos.
Cuando acaba me voy. He hecho de puta, he hecho el servicio y por ello me pagan. Un trabajo es eso, dedicar un tiempo de tu vida a realizar algo que no quieres hacer para que te den dinero.
Hefei es una ciudad nueva, con un desarrollo pensado en el hoy, donde la contaminación acústica y lumínica no tiene fin, donde creen que los plásticos desaparecen al arrojarlos a cualquier descampado y donde el río huye mas que transita. con avenidas de seis carriles y carril bici en cada sentido, con los edificios iluminados y todo rodeado de factorías. Son ciudades donde sus habitantes están de paso, o de camino a Pekín o Shanghai o pensando en volver. Una mujer me decía el otro día, yo no quiero estar aquí, en mi pueblo tengo agua y un terreno donde cultivar mi comida, en la ciudad pago por el agua, pago por las verduras y no tengo amigos ni familia.
Hefei esta lleno de lagos artificiales de agua no potable. De cemento y cristal, de rascacielos vacíos. En mi hotel cada noche aparecen por arte de magia tarjetas con teléfonos de chicas, tarjetas con photoshop.
Para ir a Hefei he llevado un libro y casi lo he terminado debido a que mi jornada laboral es muy extensa y para nada productiva. ¨Pu Yi, fo fui el último emperador de China¨, en dos hojas se resume. China copia el sistema occidental basandose en los errores y no en los aciertos.