Una pena recorrer el museo y no disfrutar del silencio de una instalación diseñada por uno de los arquitectos más famosos chino.
Situado en el centro turístico de la ciudad, rodeado de tiendas de inservibles y de refrescos. En una zona peatonal. En China zona peatonal significa que los coches pueden circular y aparcar en la acera.
Para llenar un museo de visitantes existen varias alternativas, entre las más comunes, una es hacer atractiva la visita con exposiciones interesantes y la otra que la visita sea gratis. Si los visitantes no tienen el menor aprecio por lo expuesto entonces es hacerlo gratis y concentrarte en los accesos, es vallar el recorrido y colocar seguridad en cada esquina.
Al llegar al museo se amontonan los vendedores de entradas en busca de los turistas desinformados, ofrecen el ticket de 30 rmb cuando es gratis la visita. Esto ya lo he vivido con anterioridad en otras instalaciones en China. Se ve el tumulto, los grupos de turismo organizado y al guía ondeando la banderita. La gente saltando la valla para colarse y no guardar turno. Los que hacen fotos en los lugares no permitidos, los que comen o duermen en los bancos, los que que echan comida a los peces, los que reciben llamadas telefónicas en las salas.
Aún así el edificio ofrece una agradable visita a quien es capaz de apreciarla. Con un influjo de la arquitectura local basada en el agua y los canales.