Cuando estaba preparando mi viaje largo, Madrid Pekín, recibí algunos regalos. Entre todos ellos recibí de uno de mis grupos de alumnos en el campo de golf que eran farmacéuticos, un botiquín muy completo. Afortunadamente nunca he tenido que utilizarlo salvo alguna pastilla para la diarrea.
Recuerdo una especialmente fuerte en Xinjiang, comí algo que mi cuerpo trato por todos los medios de expulsar. Empece con sudores frios, a vomitar y en un momento tue que saltar de la bicicleta para correr con el papel higiénico tras un montículo en la cuneta de la carretera. Estaba tan débil aquella noche que ni tan siquiera podía abrir la alforja y buscar la medicina, aquel día aprendí que debe estar siempre controlado y a mano. Aunque no se use.
Hay que revisarlo antes de partir. Aunque no utilizo las medicinas me gusta agradecer con ellas cuando recibo la hospitalidad en lugares remotos donde esos habitantes no tienen el fácil acceso a las farmacias del que nosotros disponemos. En mi botiquín se encuentran:
– Betadine, con una gota por litro se desinfecta el agua ademas de las heridas
– Suero liquido para tomar bebido y suero fisiológico para desinfectar heridas.
– Tiritas
– Parches y crema antiquemaduras
– Cacao
– Crema solar factor 50. De las que usan para los bebes.
– Puntos americanos
– Tijeras pequeñas
– Antigripal (caducado) Aspirina