Que se infla sola es mentira!

Hace un tiempo en una conversación, no recuerdo donde ni con quien, si recuerdo el diálogo. Estabamos charlando sobre material deportivo, en estas que yo dije un producto y la otra persona respondió,- si, eso lo tengo yo y me dio un resultado fantástico.

Le dije, – tu has trabajado en Decathlon? y los dos estallamos en risas.

En el curso de venta que te imparte en el supermercado del deporte te enseñan a vender, esa frase es el slogan de la marca, hacer la prueba, ir preguntar por algún producto y escuchar al vendedor.

Quechua es la marca de montaña de ese supermercado de nombre impronunciable por mi madre. Quechua es la gente y la lengua que vive en los Andes.

La semana pasada estuve de acampada, en un viaje organizado. Había una familia, que – joder!, llevan todo del Deca, hasta los calcetines!

Para mi no es lugar habitual, el aficionado a un deporte busca asesoramiento especifico y … en algunos foros se denomina como El Decarton.

Pero bueno, hay material que se puede utilizar y esa es la esterilla autoinflable. Yo la utilizo porque en relación calidad precio es aconsejable, huye de los 100 dólares por Termarest.

Utilizo la talla L, me sobra largo. Pero para mi la característica principal no es la comodidad, el dormir en cama, sino el aislamiento. En algunos foros recomiendan llevar talla pequeñas y ahorrar peso pero cuando realmente hace falta es con días fríos y es importante que los pies no cuelguen.

Nunca he dejado de utilizar la esterilla convencional, la de toda la vida. Sirve de antipinchazos para la inflable (no es autoinflable, es mentira, en cinco minutos ni se hincha ni ná) aislante y fácil de utilizar para colocar en una siesta rápida.

Por otro lado es fácil de limpiar.

Y lo último que es cuento es, cuando trabajaba en Deca recibía visitas de amigos y conocidos en busca de material, me decían talla color, y…

Ya sabemos que los el mayor tanto por ciento de los hurtos en las grandes superficies comerciales los cometen los empleados.

Mi esterilla estaba pinchada. Ayer visite a un amigo de Shanghai que trabaja como mecánico de bicicletas en un de estos lugares que me caen tal mal, no por francese sino por dilapidar el placer de charlar sobre material con el vendedor e intercambiar impresiones. Pues eso, le di la pinchada se metió al almacén y salió con una nueva.

Me recordó cuando fui a Carrefour a comprar un ventilador, le pedí al vendedor que abriera la caja para comprobar que estaban todas las piezas y luego en la caja me preguntaron, – has venido a cambiarlo?, si dije.