Magerit

El ejército árabe formo una fortaleza en defensa de su capital Toledo, en la Península Iberica. Magerit fue su nombre. Es un nombre híbrido entre la lengua árabe y romance. Magra significa cauce o río y el sufijo -it abundancia. Se pronunciaba Matrich.

El paso del tiempo lo transformo en Madrid y de esa ciudad soy yo. Por lo tanto siempre me ha unido un fuerte sentimiento hacia el agua y sin querer ni pensarlo abrir el grifo para dar un trago. A los madrileños una cosa que nos sorprende cuando visitamos otras ciudades es que no hay fuentes públicas, tal vez seamos demasiados condescendientes de nuestras riquezas y no las valoremos.

Por desgracia la mercantilización del agua contrajo el número de esas fuentes públicas lo que sumado a la violencia gratuita y la falta de educación contemporánea ha terminado por acabar con las pocas que quedaban.

Ahora vivo en China. Consumo cada día agua embotellada. 

Ya he contado aquí alguna anécdota de mis viajes cicleteros en torno al agua. En Francia las duchas de la playa no ofrecen agua por la sequía cuando cada chalet tiene una piscina privada. En Azerbaijan, en Georgia o muchas partes de Turquía no conocen el agua potable en sus hogares. En Kazajastan, en Aksiyek creo que se llamaba el pueblo, compartí vida durante dos días con una familia, donde el señor se dedicaba  a transportar agua en un carromato a las casas. Lo conocí en la tienda, fue el día que yo me gaste lo mismo en tonterías que lo que el gano en una tarde de trabajo. En China me han ofrecido agua, recuerdo a la señora que me chilló por lavarme la cara en un cubo, cuando el agua es exclusivamente para beber y no para la higiene. En Mongolia el año pasado. De Pekín a Shanghai atravesando el río Amarillo y el Yangtze, dos de los ríos más largos, caudalosos y contaminados del planeta. Vivo en Shanghai con el río Pu cortando la ciudad en dos. Un río donde nadie se baña, nadie pesca pero todo el mundo coge el ferry para hacer la foto de la Torre de la Perla (yo incluido en una de mis visitas turísticas con la familia en 2011).

Como sabéis escribo en una revista china, en Biketo. El periodista quien traduce los artículos me ha ofrecido colaborar en ¨A glass of clean water¨ una institución en China, ONG, que aboga por el buen uso del agua, por hacer llegar a quien lo más necesita. Encantado, Milana y yo a disposición de ellos.

Un campo de golf de 18 hoyos consume los mismos centímetros cúbicos al año lo mismo que una ciudad de 200 mil habitantes. Sin comentarios.

Las fotos de hoy son un homenaje a aquella familia, con quien estuve, que me acogieron como uno más, un homenaje a la peluquera, al retrete, a la escuela, al carromato, al diccionario inglés-ruso que nos servia de unión, al niño a quien regale mi casco, a la visita al pantano y a las risas que pasamos juntos.

Y otra cosa, no bebo alcohol, siempre brindo ¨con un vaso de agua¨.

 

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