Mapas

Soy enemigo del GPS! y a partir de aquí os cuento. Es preferible comprar un mapa al llegar al lugar de destino. Si lo compramos en nuestro lugar de residencia corremos el peligro de que este en nuestro idioma o en inglés y por tanto sea irreconocible por las personas que encontraremos en ruta y han de guiar nuestro camino.

En el aeropuerto, estación de tren o si vistamos el centro de alguna ciudad podemos recopilar mapas de las oficinas de turismo, Gratis! e incluso de zonas concretas lo que nos ayudara a encontrar carreteras menos transitadas y mejores zonas de acampada.

Hoy en día es muy fácil usando internet, incluso altimetrías o imágenes del lugar a visitar. Yo huyo de estar sobre-informado, ya me lo encontrare! siempre pienso.

Antes de salir de casa programar y conocer la ruta nunca esta de más. En mi caso, recojo los mapas (en este caso si puedes ser en nuestro idioma porque no son para uso interno). Nos hacen viajar con la imaginación si los revisamos antes de salir y se convierten en un maravilloso recuerdo de la ruta si dedicamos un poco de tiempo a su elaboración.

De todas mis rutas conservo esos mapas, el de Amsterdam me sirvió para forrar el album de fotos, los de España para señalar donde acampe, en China uso el atlas de carretera al que voy arrancando hojas y al que cada vez le quedan menos.

Como he dicho anteriormente, durante el viaje me abastecía de mapas de oficina de turismo, sino encuentro ninguna como sucedió en Astana, con la ayuda de dos camioneros trazamos un mapa en una servilleta de bar. De todas maneras se trataba de cruzar el desierto, eran 1200 kilómetros sin pérdida para llegar a Almaty.

En Pekín, colgado en el salón tengo un mapa de dos metros de China, en él voy marcando las rutas hechas! e imaginando las futuras…

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