tikitikitikiti

mola mazo como pia la banda en Madriz! (me encanta como hablan las personas en Madrid).

Llevo una semana de vuelta en Shanghai después de pasar tiempo, nunca es poco cuando se esta con mama, en Madrid. Han sido casi dos meses.

He aquí una de esas entradas de mi blog que considerada políticamente incorrectas, cargan contratodo y contra-casi-todos.

El próximo día uno de marzo hace 9 años que marché. En cada una de mis vueltas a casa como he dicho en alguna ocasión se ratifica mi manera de ver y entender el mundo. Por contraposición.

tikitikitikiti te odio como frase, como sonido, como onomatopeya, como sonido que expresa conocimiento, repetición, cansancio. Durante estos días he escuchado esa frase en multitud de ocasiones, no tengo ni idea de su origen pero si de la vulgaridad que destila, un horror al oído, a los sentidos y una sin duda destroza conversaciones.

La sociedad se tambalea, el sistema se tambalea y tan solo es preciso sentarse en un parque rodeado de basura para ver como las personas esconden sus saludos a lo extraño, esconden su mirada en la pantalla del móvil.

Antes, en este mi blog, escribía sin miedo, ahora escribo con recato, su susceptibilidad les ahoga. Más si cabe cuando esta entrada ahora se autopublica en las redes sociales de Todocilismoradio. A saber a que oídos llego u ojos llega esto.

El caso es que en Madrid he escuchado en muchas ocasiones la pregunta de porqué uno llega al veganismo, cuando yo jamás les he preguntado por sus hábitos sociales o alimenticios. Tan solo y desde la buena voluntad he intentado influir para que con sus acciones hagan de nuestro plantea un mejor lugar donde vivir. No ha habido en ninguno de los casos egoísmo por mi parte. Tozudez si, pero tan solo en salvaguardar los encantos que nos rodean para poder seguir disfrutando y puedan ser difrutados por generaciones futuras. Si he sido pesado, lo siento de verdad, no volverá a suceder.

En Madrid he comido setas en cada una de las reuniones sociales a las que he asistido. Me las he comido, con pan, sin rechistar. Setas en Nochebuena, en casa de mi tío, setas en el bar, setas con los amigos de mis padres, setas en el restaurante con los amigos de mis padres, setas con mis amigos en el bar. Setas tikitikitikiti y me he asombrado al ver a personas escupiendo tras de probar mi comida, a la vez de pronunciar palabras de desencanto.

He tenido la oportunidad de conocer a personas muy interesantes llevando acabo proyectos de los que se sienten orgullosos. He mantenido conversaciones que al igual que yo consideran importante compartir tiempo en una conversación, alejados del maremagmun de la vida social, laboral establecida.

He bailado FormulaV con los amigos que defienden mi tierra, mi Alcarria, en el teatro de Guadalajara. Gracias Ecologistas!

He comido al sol con quien después de dar mucho en el desierto lo cuenta como si fuera lo más normal del mundo. Eso de que te apunten con un fusil o no puedas salir del campamento por la noche por miedo a ser secuestrado.

Con quien vive en Atienza elaborando y distribuyendo su propia cerveza.

Con un iraní hablaba mientras alguien le pregunto si era él un terrorista.

Le di las gracias en árabe al profesor marroquí que nos dio clase de judo. Gracias judokas.

A los aficionados de otros equipos de fútbol de la capital, que han hecho hueco para invitarme a un cafe.

Me ha entristecido no ver a personas queridas que anteponen su labor profesional a un paseo, a una botella de agua de una fuente en un parque, a estar tiempo con un amigo. Me llevo buen sabor de boca al saber que con sus acciones pueden mantener sus expectativas de vida y de consumo, de la suya y de sus jefes, jefes de su vida.

Te echare de menos Madrid!

He vuelto a Shanghai, al golf, a las bicicletas tikitikitikiti a mi vida.

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