Por la mañana uno de los nuestros estuvo en la oficina de la policía en Kalaikhum, allí no había noticias del asalto, ni referencias en la prensa. Absoluta normalidad, niños que se colocan en medio de la carretera con la mano extendida para chocar sus dedos con los viajeros en bicicleta que recorren esas carreteras sin asfaltar, caminos que decimos en mi pueblo.
Por la tarde estuvimos tomando una coca-cola en un chiringuito. En la mesa de al lado dos chicos miraban la pantalla del móvil, intercambiaban sonrisas y eran totalmente ajenos a la presencia de extranjeros. Acostumbrados. Una mesa de más allá compartida por unas chicas mantenía unos helados de sorbete en copas de cristal.
Hacía sol, hasta ese lugar habíamos llegado desde al hostel en bicicleta , sin equipaje, era día de descanso.
La noche anterior estabamos repartiendo los espacios en el suelo para dormir, espacios donde colocar la alfombra y la colchoneta, con el incesante ruido del agua que mostraba la bravura del río, un lugar idílico donde acampar tras un día de ciclismo intenso, el paso de un puerto por encima de 3500 metros.
Cuando de repente, recibo un mensaje desde Sofia, un cicloturista español me enviaba la noticia. Aquí transcribo aquella conversación:
Mi amigo: – señor, espero que todo este bien, me enteré de lo que pasó en Tajikistan de los 4 ciclistas muertos. Cualquier cosa aqúi estamos, buenos vientos y disfruta.
Yo: – que dices? pasame el enlace? gracias por acojonarme
Mi amigo: – jajaja esta por todos lados, buscalo y saldrá la noticia, 4 foreigners killed in Tajikistan, por dónde vas?
Yo: – tío, se un poco más delicado dando esas noticias.
Mi amigo: – disculpa, tienes razón, estas en medio del meollo y te la lance a golpe y porrazo, pero me preocupe.
Estaba leyendo esas líneas cuando se me acerca uno de los italianos y me enseña la noticia en la pantalla del teléfono. Incertidumbre. Aquella noche la cena fue muy silenciosa, no hubo bromas, cada cual pensaba en las alternativas, en seguir, en volver, en shock.
El miedo es una de las mejores alarmas que posee el cuerpo humano. Mantenerse alerta frente a lo desconocido. El miedo es uno de los peores compañeros de viaje. El miedo prepare el cuerpo para huir. Sin miedo no habría supervivencia. El miedo es bueno. Creo que todo el mundo debería viajar solo por lo menos una vez en la vida.
Me han robado a punta de pistola, me han robado mientras dormía en una playa, me han apuntado con un fúsil en un puesto fronterizo (varias veces), me ha sacado un camión de la calzada en Turquía, he dormido en un cementerio en Escocia. Me da miedo volar.
El día siguiente ya lo teníamos pensado tomar el descanso antes de afrontar la zona más dura del viaje. Iba a ser un día de relax y se convirtió en un día extraño, raro.
Yo no dije nada ni a la familia ni a los amigos pero al día siguiente cuando varias personas se hicieron eco de la noticia no quedo más remedio que hacerlo saber.
Mi amigo, con quien había estado dos noches antes estaba a salvo, el ataque fue en la ruta sur, en Danghara y nosotros estabamos en la ruta norte.
Me quedé con los italianos y compartí con ellos la siguiente semana de viaje. Tomamos un coche para avanzar un día y después empezamos a rodar de nuevo.
Fue mi primera vista de Afganistan. Era el inicio de Wakan Valley.
Unos días después del suceso rodamos en parejas o grupos de tres, según la recomendación de la policía tajika. El ser un grupo tan numeroso como 9 nueves personas con sus bicicletas, sus bártulos y sus camisetas fosforitas nos convertía en un objetivo identificable.
Como es normal, al ser un grupo numeroso, uno para a mear, el otro quiere hacer una foto, otro busca algo de comer en una alforja, otro pide agua meneando el botellín vacio. En un momento en algún lugar de la planicie nos juntamos siete, ocho o nueve, tal vez más, no sabría decir. Por la ladera bajaba un coche, por un camino, no vendría a una gran velocidad pero si recuerdo como la nube de polvo se acercaba, quedaban unos 200 0 300 metros y de repente uno de los italianos con los que viajaba empuja su bicicleta fuera de la carretera, se aleja como 20 metros de la calzada, empujando la bicicleta, serio. No hubo sonrisas en ese momento. Todos teníamos en mente lo sucedido dos días antes al sur de Dushambe. Un asalto acabo con la vida de cuatro ciclistas.
El coche pasó, no recuerdo que saludara, cuando se disipó la nube de polvo, todos nos montamos en la bicicleta, el italiano volvió a unirse al grupo y ahí acabo todo.
Nos miramos a los ojos. Pero no salieron palabras.
por qué escribó esto hoy? porque anoche me lo volvieron a preguntar durante la cena, estabamos cuatro personas y di una respuesta rápida cuando lo que hubiera necesitado es tiempo para expresarme con claridad y exponer mis argumentos.
Si hubiera sido un asalto, un atropello, un robo, no hubiera sido publicado en los medios, quizás no. Tadjikistan en aquel momento tenía el mismo nivel de seguridad respecto a ataque terrorista que cualquier ciudad europea. No había habido precedentes y durante aquellos días las personas que salían a nuestro encuentro nos ofrecían agua, té, pan y descanso como en cualquier otro lugar viajando en bicicleta.
La prensa tituló «Mueren 4 cicloturistas en Tayikistán en un ataque de islamistas radicales« mientras la prensa libre y objetiva debería haber titulado «Un suceso en una carretera de Tayikistán es usado para desatar una ola de islamofobia en la prensa occidental«.
De todos modos quien vea el vídeo encontrará un suceso donde no queda claro lo sucedido. Todo muy confuso.
Tuve la gran suerte de ver la tribu de los kalash, se dicen descendientes de Alejandro Magno, ojos azules, mujeres sin el rostro cubierto, los chicos afeitados, paganos en aquellas tierras donde la codicia de algunos dirigentes pone a prueba los cerebros indefensos de aquellas otras personas que no han tenido la suerte de acceder a los conocimientos impresos en los libros.
Afganistán en la mayor fuente de amapola y de sus derivados, de opio y heroína, Tadjikistan y sus montañas son la salida de ese producto hacia Rusia y Occidente. Bandas armadas y financiadas por estados democráticos que se nutren de personas que no tienen otra salida, no existe otra esperanza donde no hay ningún otro recurso.
La adormidera, que actúa en los lectores de los grandes medios de comunicación, aquellos encargados de generar una opinión pública que soporte las acciones gubernamentales y el sustento del negocio armamentístico. España este año ha batido su record de ventas alcanzando los 4376 millones de euros. Una gran noticia de desarrollo. Ademas es miembro de OTAN productor del 80% de las armas del mundo. El otro 20 por ciento lo produce el país donde vivo.
Yo seguí en ruta, en bicicleta, pasando picos de 4000 metros de altura ajeno a la incertidumbre que eso generaba entre quien me sigue a distancia. Me creo en deuda, debo pedir perdón por generar angustía entre quienes más apoyan mis pedaladas.
En la cena de ayer podría haber hecho referencia a la cantidad de turistas que han perdido la vida en asaltos, accidentes…
recuerdo en Vietnam, escalando a una torre de guardabosques, oxidada, inclinada por una escalera de madera donde faltaban escalones, arriba, sintiendo el balanceo, le dije a mi amigo ¨me bajo, paso de salir en Telemadrid¨.