Los medios de comunicación están al servicio del poder. El poder político y económico maneja los medios de comunicación. La pescadilla que se muerde la cola.

En un mundo tan global, donde tan rápido aparece y desaparece  la información. La noticia del día. La primicia. Donde la noticia es un producto más. Se vende la comunicación, se venden las noticias y ante esta perspectiva debe ser el último eslabón de la cadena quién decida que información consumir, de donde recibirla, como filtrarla, asimilarla y utilizarla en su beneficio. Por ello el cliente (ciudadano) es quién debe saber quién le informa, a que intereses responde y sobretodo critico con la información que recibe.

Las multinacionales y partidos políticos manejan la información a su antojo. Des-informate. Desintoxícate de sus mensajes.  primordial el cese del consumo televisivo donde por imágenes y eslóganes como si de  fascículos se tratase, se va creando poco a poco una sensación de falsa seguridad. Se podría decir que la televisión es el instrumento principal de adoctrinamiento social. Existen alternativas, no son todas iguales, no todas convencen a todos. Y eso es precisamente lo valioso, de eso se trata precisamente, de que las personas encuentren otros temas que les hagan pensar, que despierten su conciencia social, que escuchen las ideas que tienen otros. Saber lo que piensa él otro ayuda y engrandece al escuchante.

La información que muestran las grandes  agencias de noticias están en función de quien contribuye a su manutención. La política y la prensa unida de la mano, con el gran aliciente de que quien pertenece a un bando ni si quiera se preocupa por saber del otro. Ha de ser el consumidor final, el individuo que se preocupe de donde encontrar su información y no esperar a que se la sirvan.

En la actualidad, a nuestro servicio esta la mayor herramienta de la que jamás se haya servido el ser humano, ¨internet¨. Un uso apolítico es posible.

No se trata de escuchar lo que se quiere oír, sino escuchar lo que no se quiere oír. Esa es la solución. Todo sería mejor.