Francés, Anatomía o Dibujo Técnico donde es difícil sacar nota o Religión donde se te asegura un Diez que hará media con Inglés y Matemáticas.
Fui en Madrid, Carabanchel, al instituto Calderón de la Barca, seis años a turno vespertino (repetí dos cursos), donde los alumnos salen al recreo de noche. Recuerdo las clases de Dibujo Técnico en el Instituto, en aquellas clases el profesor, se llamaba Castro (apestaba a coñac al igual que el profesor de lengua), recuerdo que un día se quedo dormido en un examen. Se le escuchaba roncar.
Todos los allí presentes sentados en círculo fuimos incapaces de superar el examen. La respuesta era trazar una figura de nombre impronunciable y mucho menos fácil de recordar, con un compás de muelle oxidado, perfecto para hacer óvalos, y unas cuartillas de papel muy duro que aun guardo en casa. Mucho más tarde llegaron los ¨rotring¨, eran tan caros que solo ver la caja asustaba. Nunca lleve a abrirlos y creo que nunca los utilicé. Están secos, pero en su plástico, entre las cosas que se mantienen el museo erigido en mi memoria en casa de mis padres.
El profesor durmiendo en el examen es lo demos, es lo sabía, cuando el alumno no debe repetir algo memorizado sino que debe con sus conocimientos dar respuesta a un problema. Da igual si el profesor duerme o no esta. La grandeza es que el alumno encuentre la solución.
Recuerdo las clases de Etica , el profesor nos colocaba en círculo y nos introducía un tema, después nosotros discutíamos, gritabamos, nos reíamos. Era fácil hacer pellas, muy fácil, pero recuerdo que aquellas clases junto con las de Filosofía nunca nos las perdíamos. Hacía novillos en Inglés, en Latín o Física pero nunca en Filosofía.
En el turno vespertino, las pellas son un regalo para el profesor, es la manera más fácil de librarse de los alumnos que se sabía nunca llegarían a nada. Recuerdo el grupo de las ¨fregaescaleras¨, las llamabamos. Chicas que fumaban en clase, con el flequillo cardao, y pegatinas de superpop en la carpeta.
Recuerdo la Filosofía y me entristece que los niños de ahora no vayan tener la posibilidad de estudiar. La Filosofía, los silogismos, son el arte de la sabiduría y yo tuve un gran profesor que nos atraía como moscas a sus clases. Nos hacía querer a los filósofos.
Debido a un milagro aprobé Selectividad. Recuerdo que una de mis mayores notas fue en Filosofía, aunque no recuerdo las preguntas del examen.
Desde 2015, los partidos políticos, siervos del dinero y del capitalismo, vienen introduciendo sus reformas continuas de la educación están creando un aborregada masa social, preparada para el consumo, para ser una pieza más de del sistema sin preocuparse ni preguntarse. Sin la necesidad de buscar al SuperHombre.
Desde 2015, la asignatura de religión, no por devotos, son otras razones esta ganando en afiliados. Esto que voy a deciros nos va a extrañar, pero tengo el certificado de Declaración Eclesiástica de Idoneidad con lo cual estoy capacitado para dar clases en esa materia. Reductos de mis estudios de Magisterio, la carrera que nunca quise y que tan solo era el trampolín a la Licenciatura del Balón.
Me sorprende como la educación en España y en Madrid, casi más del 50% del alumnado recibe clases en colegios concertados, la educación moral y eclesiástica.
Para acabar, la nota de selectividad tiene respecto a la nota del alumnado, como media de desviación un punto, si el alumno viene de la escuela pública y casi cuatro puntos si lo hace de la privada.